¿Cómo era antes?
Nuestras estaciones, nuestros trenes y nuestro servicio han evolucionado con los años. En casi medio siglo de operación hay elementos que ya forman parte de la cultura popular de la ciudad. Desde los inconfundibles rombos que indican el acceso a una estación hasta la forma de pago y los llamativos asientos naranjos de los trenes NS 74.
Desliza la barra de cada imagen para descubrir “Cómo era antes”.
Estación Universidad de Chile - Línea 1, Dirección Los Dominicos
Método de pago con QR y Método de pago con boleto
Acceso sur estación Salvador – Línea 1
50 años en video
En esta sección descubre historias inéditas y en profundidad sobre nuestro servicio. ¿Cómo es ser jefe de estación? ¿Qué dicen las personas sobre Metro? ¿Quiénes han estado desde el comienzo de nuestra operación?
En esta edición de “Un día como” te mostramos el trabajo de “Tío Metro” del equipo de redes sociales, una de las funciones más misteriosas de nuestra operación.
“Tu mejor historia en Metro” se llama este episodio de “En el andén”. Desde trabajadores de la construcción hasta estudiantes. Mira las historias de pasajeros y pasajeras de nuestra red.
"No la voy a estudiar, la voy a construir"
A sus 27 años ya había recorrido todos los metros que existían hasta 1957 en el mundo. Cuando se radicó en Chile, Juan Parrochia ingresó en 1960 al Departamento de Estudios y Proyectos del Ministerio de Obras Públicas, que comenzaba a trazar el nuevo Plan Intercomunal de Santiago 1960-1990 con proyección hasta 2000.
Cuatro años más tarde, Parrochia fue nombrado secretario técnico de la Comisión Metropolitana de Tránsito Rápido del MOP con la misión de proyectar vías y medios de transporte masivos para los próximos 40 años, y que permitieran movilizar a una población de seis millones de habitantes.
Uno de los arquitectos que conoció en esa época al urbanista, cuenta que Parrochia recibió del recién asumido Presidente de la República, Eduardo Frei Montalva, el encargo de estudiar alguna solución para el transporte de Santiago, que en la época tenía una aguda congestión en las calles céntricas y un notorio déficit de locomoción colectiva.
Juan Parrochia, según él mismo ha relatado, respondió: "Con mucho gusto, Presidente, pero no la voy a estudiar. La voy a construir".
En ese contexto, el urbanista impulsó la primera Encuesta Origen-Destino en Santiago 1965 y 1966, cuyos resultados fueron categóricos: era necesario un Sistema Metropolitano de Transporte.
De esta forma, en 1965 se asignó al consorcio franco-chileno BCEOM-SOFRETU-CADE la realización de un estudio para solucionar el problema de movilidad en Santiago. “El Libro Naranja”, como fue conocido coloquialmente este estudio, contemplaba un sistema de transporte compuesto por cinco líneas de Metro y dos trenes suburbanos, alimentados por buses de acercamiento.
En 1968, el presidente Eduardo Frei Montalva firmó el decreto que creaba Metro, mientras Juan Parrochia era nombrado jefe de la Oficina de Estudios y Proyectos Especiales de Equipamiento Metropolitano del MOP, conocida posteriormente como la Dirección de Metro y Vialidad Urbana.
Los habitantes de la ciudad sólo se enteraron de este proyecto al año siguiente, el 28 de mayo de 1969, cuando el ministro de Obras Públicas, Eugenio Celedón, dio a conocer por cadena nacional la aprobación de la construcción de un metro para Santiago.
Al día siguiente, Parrochia ordenó que dos excavadoras del MOP fueran instaladas en la intersección de Av. Las Rejas con la Alameda, dando así inicio a la construcción.
Mientras la construcción avanzaba, los primeros funcionarios de Metro debían instruirse y prepararse para la puesta en marcha de este nuevo sistema de transporte capitalino.
Entre 1970 y 1974, más de veinte trabajadores viajaron a Francia para adiestrarse en los talleres de Alstom y en el Metro de París, que luego regresarían con conocimientos y la misión de formar a sus compañeros.
Tras la construcción y una ardua preparación, el 2 de abril de 1975 el mítico tren NS74 hizo su primer recorrido entre las estaciones San Pablo y Estación Central de manera exitosa.
Luego vino la marcha blanca, que comenzó tres meses después con una operación que se extendía desde las siete de la mañana hasta las nueve de la noche. Y luego de varios ensayos, un 15 de septiembre de 1975 llegó el esperado momento: abrimos nuestras puertas y comenzamos nuestro viaje.
Lunes previo a fiestas patrias y la ciudad daba un paso gigante hacia la modernización. El 15 de septiembre de 1975 se inauguraba el primer tramo de Línea 1 que iba desde La Moneda hasta San Pablo, con un total de 12 estaciones y 8,3 kilómetros de recorrido.
De ahí en más, nuestra primera línea no ha dejado de crecer, y el 31 de marzo de 1977 inauguramos su primera extensión hacia el oriente de la capital, siguiendo su trazado desde La Moneda hasta la estación Salvador, sumando en total 17 estaciones.
Solo tres años después, Línea 1 pondría en operación una nueva extensión, sumando siete nuevas estaciones. Así, en 1980 la icónica línea roja llegó a la estación Escuela Militar, sumando 24 estaciones desde Lo Prado (San Pablo) hasta Las Condes (Escuela Militar).
Y aunque tuvieron que pasar 30 años para que una de las arterias principales del transporte público capitalino volviera a extenderse, la descongestión que provocó fue evidente. El 07 de enero de 2010 Línea 1 sumó tres nuevas estaciones: Manquehue, Hernando de Magallanes y Los Dominicos.
Con esto, la ex estación terminal Escuela Militar vio liberado un gran flujo de personas y nuestra Línea 1 llegó a contar con sus actuales 27 estaciones, manteniéndose como una de las principales vías de movilización colectiva para la ciudadanía, con 19,9 kilómetros de extensión.
La nostálgica Pila de Ganso
Línea 1 en su primer tramo desde La Moneda hasta San Pablo, contaba con una estación llamada Pila de Ganso, donde en las afueras se encuentra una estatua de un niño jugando con un ave de esta especie. Sin embargo, mantuvo su nombre por 30 años, desde 1975 hasta el 2005, cuando cambió a estación San Alberto Hurtado, debido a la canonización del histórico sacerdote chileno y su proximidad con el Hogar de Cristo, fundado por el jesuita.
Con tres años funcionando llegó el momento de dar un segundo paso y continuar creciendo. El 31 de marzo de 1978 se inauguró el primer tramo de Línea 2 con una extensión de 4,9 kilómetros y cinco estaciones, recorriendo desde estación Los Héroes (Línea 1) hasta Franklin.
No fue mucho lo que se tuvo que esperar para ver crecer a la línea amarilla del Metro de Santiago. El 21 de diciembre del mismo año, es decir, casi nueve meses después, se inauguraba el tramo desde Franklin hasta Lo Ovalle, añadiendo seis estaciones más y sumando 4,8 kilómetros al sur de la ciudad.
Ya en la década de los 80’ dos nuevas estaciones llegarían a Línea 2, justo en el cumpleaños número doce, cuando el 15 de septiembre de 1987 las estaciones Santa Ana y Mapocho iniciarían su operación.
Posteriormente Mapocho cambiaría de nombre, ya que durante las excavaciones de este proyecto se produjera el descubrimiento de los restos del antiguo Puente Cal y Canto, adoptando ese nombre.
El 2004 sería un año de expansión doble para nuestra Línea 2, debido a que sumaría cuatro nuevas estaciones, dos hacia el sur y dos hacia el norte. Así, el 08 de septiembre de ese año entraron en funcionamiento las estaciones Patronato y Cerro Blanco de la extensión norte, y el 22 de diciembre entraron en servicio El Parrón y La Cisterna correspondientes a la extensión sur.
Pero las inauguraciones no pararon y se pusieron en marcha dos tramos más. El 25 de noviembre de 2005 se dio el vamos al tramo Cerro Blanco-Einstein, y un año después, el 22 de diciembre de 2006 se inauguraron las estaciones Dorsal, Zapadores y Vespucio Norte, entregando mayor conectividad hacia el norte de la Capital.
Diecisiete años después, la segunda línea de Metro llegó a San Bernardo. Luego de años de espera, el 27 de noviembre de 2023 se inauguraron las estaciones El Bosque, Observatorio, Copa Lo Martínez y Hospital El Pino, completando 26 estaciones y una extensión en total de 25,7 kilómetros que conectan las comunas de Recoleta, Santiago, San Miguel, La Cisterna, El Bosque y San Bernardo.
Tras la inauguración de nuestra Línea 6, la primera automática de nuestra Red, Línea 3 se unió a las nuevas tendencias tecnológicas en transporte y se transformó en la segunda línea automática del Metro de Santiago.
El 22 de enero de 2019 inauguramos su primer tramo, desde la estación Fernando Castillo Velasco hasta estación Los Libertadores, conectando a las comunas de La Reina, Ñuñoa, Santiago, Independencia, Conchalí y Quilicura.
Sin embargo, uno de sus grandes hitos fue el 23 de septiembre de 2023 cuando se inauguró su extensión hacia el centro de Quilicura, agregando tres nuevas estaciones, Ferrocarril, Lo Cruzat y Plaza de Quilicura.
Con esto, Línea 3 completó un total de 21 estaciones y 25 kilómetros de extensión, llevando a los quilicuranos en tan solo 20 minutos al centro de la capital, terminando con la sensación de segregación social en la comuna.
La principal particularidad de Línea 3 es que la única -por el momento- que combina con todas las demás líneas de la Red de Metro de Santiago. Combinando en Universidad de Chile en Línea 1; Cal y Canto, Línea 2; Plaza Egaña, Línea 4; Irarrázaval y Plaza de Armas, Línea 5; y Ñuñoa en Línea 6.
El 30 de noviembre de 2005 y tras 30 años de existencia, el Metro de Santiago llegaba a una de las comunas más grande y poblada del país. Puente Alto veía cómo la nueva Línea 4 acercaba a sus habitantes hasta Providencia en tan solo 40 minutos. Sin embargo, la inauguración de este nuevo recorrido del tren subterráneo se dividiría en dos, haciendo esperar un poco más a los vecinos de la comuna.
Aquel miércoles 30 de noviembre fue inaugurado el primer tramo subterráneo de Línea 4, que comprendía desde Tobalaba hasta la estación Grecia. Además, del tramo en viaducto entre Vicente Valdés y Plaza de Puente Alto, dejando la línea azul partida en dos.
Solo a tres meses de ese gran hito, se da por inaugurado el tramo entre las estaciones Grecia y Vicente Valdés, conectando por completo la anhelada Línea 4 el jueves 02 de marzo de 2006, transformándose para ese entonces en la línea más extensa de nuestra Red, con 24,4 kilómetros de recorrido.
Solo seis estaciones y una extensión de 8.8 kilómetros de distancia dan vida a la línea más pequeña de la Red de Metro de Santiago. Nuestra Línea 4A se inauguró el 16 de agosto de 2006, a solo cinco meses de haber inaugurado la Línea 4 en su totalidad.
La Línea 4A conecta La Florida, San Ramón, La Granja y La Cisterna, pensada inicialmente como un ramal de la línea azul, transportando a más de 60.000 personas y uniendo nuestra Línea 4 (estación Vicuña Mackenna) con Línea 2 (estación La Cisterna).
A pesar de ser la más pequeña, es la segunda línea con mayor tiempo en distancia entre estaciones, completando dos minutos con doce segundos en promedio la duración del viaje entre una estación a otra.
Sábado 05 de abril de 1997. Metro era un sistema de transporte veinteañero y presenciaba la inauguración de la que sería una de sus líneas más utilizadas, y a la larga, la más extensa de toda su Red. Nacía nuestra Línea 5, inaugurando su primer tramo que recorría desde la estación Bellavista de la Florida hasta Baquedano.
Así se abarcaron cinco comunas del gran Santiago con un total de 12 estaciones en su inicio. Siete de ellas construidas en tramos de viaductos elevados, desde Mirador a Ñuble, entregando un novedoso paisaje a la capital.
Con la llegada del nuevo milenio, precisamente el 21 de marzo del 2000, Línea 5 inauguró tres estaciones más extendiéndose desde Baquedano hasta Santa Ana, sumando 15 estaciones hasta entonces y llegando al corazón de Santiago con la estación Plaza de Armas.
Cuatro años más tarde dos nuevas estaciones se unirían a la línea verde. El 31 de marzo de 2004 se inauguraron Quinta Normal y Cumming, llegando así a siete comunas diferentes y 17 estaciones.
En 2005 con la llegada de Línea 4, la estación Vicente Valdés pasaba a ser parte de Línea 5, inaugurando un nuevo punto de conexión en la Red. Hasta ese momento ya hubo cuatro inauguraciones, y quedan más.
El 12 de enero de 2010 Línea 5 seguiría avanzando y se da por inaugurado un quinto tramo desde Cumming hasta Pudahuel, como parte de la extensión hacia la comuna de Maipú, que tendría que esperar casi un año más para la llegada del tren subterráneo a la comuna.
Finalmente, el 03 de febrero de 2011 nuestra Línea 5 inauguraría el tramo desde Pudahuel hasta Plaza de Maipú, sumando siete nuevas estaciones y completando un total de treinta que se extienden en 29,9 kilómetros, conectando las comunas de Maipú, Pudahuel, Lo Prado, Quinta Normal, Santiago, Ñuñoa, Providencia, San Joaquín, Macul y La Florida.
Fueron 14 años de crecimiento que hoy aportan a la conexión capitalina para Acercar a las Personas a Vivir una mejor ciudad.
Trenes completamente automáticos sin conductores y con mayor capacidad, aire acondicionado, puertas de andén, máquinas de recarga de autoservicio, ascensores y escaleras mecánicas en todos los niveles, son algunas de las nuevas tecnologías que trajo con su puesta en marcha nuestra Línea 6.
El 02 de noviembre de 2017 sería la fecha en que nuestra red y el sistema de transporte público daría un paso gigantesco en cuanto a tecnología y calidad. Luego de tres años de construcción Línea 6 inicia sus operaciones conectando a las comunas de Cerrillos, Pedro Aguirre Cerda, San Joaquín, Santiago, Ñuñoa y Providencia.
Con 15.8 kilómetros de extensión y tan solo diez estaciones, la denominada línea morada es nuestra segunda línea más corta, solo superada por la Línea 4A. Con su llegada, por primera vez se unían a nuestra Red las comunas de Pedro Aguirre Cerda y Cerrillos, marcando un hito para la ciudadanía, conectando estas comunas con el sector de Providencia (estación terminal Los Leones) en tan solo 20 minutos.
Con la implementación de este nuevo estándar de servicio comenzamos un camino hacia la innovación y la vanguardia.
El 10 de febrero de 2007 asumimos uno de los desafíos más grandes en nuestra historia. Con el inicio del Plan de Transporte Urbano (más conocido como Transantiago) Metro asumió el rol de ser el eje estructural del nuevo sistema de movilización santiaguino, pasando a transportar de 1,2 a 2,3 millones de personas de un día para otro.
Para lograr este enorme desafío, Metro creó un Plan con 60 medidas para dar respuesta al aumento de la demanda y a la integración de los nuevos usuarios y usuarias. Entre estas iniciativas destacó la extensión horaria de 60 minutos en la operación; la adquisición de nuevos trenes, la redistribución de la flota y el reacondicionamiento de los coches; la realización de mejoras estructurales en estaciones; el lanzamiento de campañas comunicacionales para promover el buen uso del servicio; y el aumento de los puntos de venta y carga de tarjetas bip!, el nuevo medio de pago que integró la tarifa de Metro y los buses.
Además, una de las medidas que más sobresalió fue el ingenioso sistema denominado "Ruta Expresa" en Línea 4, la cual permitió mejorar la velocidad de los trenes y aumentar la oferta de viajes en el horario punta, tanto en la mañana como en la tarde, logrando así una disminución de casi 5 minutos en el tiempo de viaje. Este modelo de detención alternada entre estaciones fue premiado en el XIII Congreso Chileno de Ingeniería de Transporte en octubre de 2007, y luego fue replicado en nuestras Líneas 2 y 5.
Sin embargo, estos no fueron los únicos cambios que experimentamos. También, las estaciones intermodales se convirtieron en un punto estratégico de conexión para los pasajeros. Estaciones como Bellavista de La Florida, Lo Ovalle, Pajaritos y La Cisterna, exhibieron un importante aumento en el flujo de usuarios y usuarias, quienes utilizaban Metro y posteriormente combinaban con buses interurbanos y rurales. En la actualidad, nuestra red cuenta con ocho estaciones de intercambio modal (EIM), luego que se integraran Del Sol, Franklin, Los Libertadores y Vespucio Norte.
A esto, se sumó la inauguración del proyecto Bici Metro en 2008, que entregaba un espacio seguro a ciclistas para guardar sus bicicletas en estaciones de nuestra red, logrando así la integración de dos medios de transporte no contaminantes. Este servicio fue premiado en la categoría Medio Ambiente en la 8° versión del premio AmCham al Buen Ciudadano Empresarial.
Años más tarde, llegaría Línea 0, iniciativa que vino a profundizar la intermodalidad entre ambos medios de transporte a través de estacionamientos gratuitos para ciclistas.
Actualmente, son más de 60 estaciones las que tienen este servicio, contando así con presencia en todas las líneas de nuestra red.
Desde el anuncio del proyecto de Línea 7 el año 2017, Metro comenzó a vivir el momento de mayor expansión de toda su historia.
La inauguración de las Extensiones de Línea 2 y Línea 3 el 2023 evidenciaron el impacto de la cobertura de Metro en la ciudad, influyendo directamente en la calidad de vida de las personas.
Para el año 2033 la red de Metro sumará 54 nuevas estaciones y 76 kilómetros a su extensión actual. En paralelo, se está desarrollando un plan de modernización de las líneas más antiguas (Líneas 1, 2, 4, 4A y 5), con el fin entregar un servicio seguro y cada vez mejor a sus pasajeros y pasajeras.
Traslado histórico
Este gran momento de expansión también se refleja en la participación de Metro en grandes eventos de la ciudad. Uno de los más importantes fue el traslado de las delegaciones deportivas de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos Santiago 2023.
Más de 4 mil 800 deportistas se trasladaron en Metro a la ceremonia inaugural de la fiesta deportiva.
Modelo NS 74 – Líneas 1, 2 y 5
El llamado Neumáticos Santiago 74 (NS 74) -denominado así por su tipo de rodado y por su año de fabricación- fue el primer modelo de tren que desembarcó en Chile para dar vida al sueño del Metro de Santiago.
Fue construido por la empresa francesa Alsthom Groupe Brissonneau y arribó al puerto de San Antonio en 1974, comenzando sus operaciones en mayo de 1975, en la puesta en marcha del tramo inaugural de la Línea 1, que comprendía desde la estación San Pablo hasta la estación La Moneda.
Actualmente se proyectan en servicio 24 trenes y se puede ver en la operación de la Línea 5.
Modelo NS 88 – Línea 1
El Neumáticos Santiago 88 (NS 88) fue un único tren conformado por cinco coches construido por la empresa mexicana Concarril, tras la destrucción de un NS 74 ocurrido en el atentado terrorista de estación Tobalaba en 1986. Hoy se encuentra fuera de servicio.
Modelo NS 93 – Línea 1 y Línea 5
Tras el anuncio de la construcción de la Línea 5 en 1991, Metro comenzó la adquisición de nuevos trenes para el funcionamiento de dicha operación.
Estos se denominaron Neumáticos Santiago 93 (NS 93). Fueron fabricados en Francia por la compañía GEC Alsthom y cuentan con una tecnología similar a los que incorporó el Metro de París en 1995 denominado MP89, con equipos motrices, informática y automatismos. Actualmente, sus modelos se pueden ver circulando en las Líneas 1 y 5.
Modelo AS 02 – Líneas 4 y 4A
Con al anuncio de la construcción de la Línea 4 y su ramal L4A, se inició la adquisición de trenes con una nueva tecnología: ruedas de acero.
Los denominados Acero Santiago 2002 (AS 02) fueron construidos por la empresa Alstom en Brasil. Estos, a diferencia de los modelos NS, están constituidos por tres coches cada uno y pueden operar como convoy de seis coches en total.
Modelo NS 04 – Línea 1 y Línea 2
Para reforzar la flota de trenes de Metro de Santiago, se adquirió el modelo convencional Neumáticos Santiago 2004 (NS 2004) de siete y ocho coches, que entraron en 2007, tras la gran demanda de usuarios generada por la implementación del nuevo sistema de transporte capitalino, conocido como Transantiago. Aunque en sus inicios este tren partió operando en Línea 1, hoy su flota completa de 11 trenes circula en Línea 2.
Modelo NS 07 – Línea 1
Para hacer frente al aumento de pasajeros y a la extensión de los tramos de Línea 1 hacia Las Condes y de Línea 5 hacia Maipú, Metro invirtió en la adquisición de nuevos trenes, los cuales fueron fabricados por la compañía española CAF y comenzaron a prestar servicio en dos tramos: la 1° serie en el segundo semestre de 2009 y la 2° serie en el año 2012.
Conformados por nueve coches, los NS 07 alcanzan dimensiones parecidas a los NS93, con 135 metros de longitud, para así abarcar al máximo el tamaño de los andenes.
La segunda serie de trenes fue la primera en incorporar el sistema de aire acondicionado, dando respuesta a una de las principales demandas de los usuarios y usuarias.
Además, este modelo añade la tecnología CBTC (Communication Based Train Control), logrando así una mejora en la frecuencia de la operación y un importante ahorro energético.
Modelo AS 14 – Línea 3 y Línea 6
Con la construcción de la Línea 3 y Línea 6, Metro de Santiago adjudicó la fabricación del modelo de trenes Acero Santiago 2014 (AS 14) al consorcio español-canadiense CAF-Thales.
La tecnología incorporada en estos trenes es la más moderna de la flota actual de Metro. Destaca la operación sin conductor (por la incorporación del pilotaje automático), sistema de aire acondicionado e información para pasajeros y la instalación de cámaras de vigilancia en el interior de los coches, entre otros aspectos.
Modelo NS 16 – Línea 2 y Línea 5
Este modelo convencional NS 16 (Neumáticos Santiago 2016) surgió del proyecto de Integración de Trenes, que consistió en el armado, montaje y puesta en marcha de 35 trenes de 7 coches destinados a la operación de las líneas 2 y 5.
Estos trenes tienen la particularidad de que fueron los primeros armados completamente en Chile y, entre sus características, destacan el sistema de aire acondicionado, pasillo de inter-circulación entre coches, sistemas de comunicación de emergencia, espacios reservados para personas con movilidad reducida, entre otros.
El primero de ellos debutó el 13 de septiembre de 2018 en Línea 2 y está compuesto por piezas provenientes de Francia, España, China, India y Brasil.
El 2020 comenzamos un arduo proceso participativo, donde escuchamos a nuestros trabajadores y trabajadoras, comunidades y usuarios y usuarias sobre la imagen estábamos proyectando.
Entre diálogos ciudadanos, entrevistas con líderes de opinión, conversaciones con trabajadores y trabajadoras de Metro y otra serie de iniciativas, construimos nuestro propósito y lo declaramos el 2021.
Acercar a las personas a vivir una mejor ciudad, es nuestro desafío permanente porque entendemos que las expectativas y las necesidades de las personas son diversas y están en constante cambio y, por lo mismo, siempre podremos aportar a que nuestra ciudad sea un mejor lugar para vivir.
Para avanzar en nuestra hoja de ruta, se hizo necesario dejar de mirarnos sólo como una empresa de transporte y proyectarnos como una organización que busca aportar en el desarrollo hacia una ciudad más sostenible, limpia y conectada.
Para ello, en 2021 presentamos nuestro Plan ASG, donde incorporamos diez ámbitos relacionados a materias sobre sostenibilidad ambiental, social y gobernanza, y en los que trabajaremos de cara al 2027.
Adquirimos compromisos en las tres dimensiones de la sostenibilidad: medioambiente, sociedad y gobernanza. Una serie de metas se establecieron para cumplir al 2027, con desafíos en áreas como la reducción de la huella de carbono, el aumento de presencia femenina en la dotación y el aprovisionamiento responsable.
El 4 de octubre de 2019 se anunció un alza de 30 pesos en el valor del pasaje del transporte público. En ese contexto, una serie de manifestaciones sociales comenzaron a tomarse las calles de la capital, y nuestra red también fue escenario de aquello.
Comenzó una serie de evasiones masivas y otros disturbios en las estaciones, hasta que el viernes 18 de octubre la red de Metro debió cerrar completamente por no contar con las condiciones mínimas para garantizar la seguridad de todos y todas.
Horas después, la red sufrió serios daños: solo 18 de las 136 estaciones no presentaban destrozos. Del resto, 93 estaciones tenían daños de diversos niveles, 18 fueron parcialmente quemadas y 7 totalmente quemadas.
A un mes del 18-O, junto con anunciar la habilitación del tramo sur de Línea 4 hasta Plaza Puente Alto y con el 69% de la red operativa, se hizo público el plan de reconstrucción oficial con el que se abordaría la recuperación de las estaciones pendientes.
Se definieron tres etapas de reconstrucción. La primera de ellas, que abarcó los últimos meses de 2019, permitió cerrar el año con 111 de 136 estaciones operativas, equivalente al 82 % de la red. Las 25 estaciones restantes, que concentraban los daños más severos serían abordadas en dos etapas adicionales, con la meta de recuperar el 100% de red hacia el último trimestre del año 2020.
Fue en medio del Plan de Reconstrucción cuando en marzo de 2020 se confirmó el primer caso de Coronavirus en Chile dando inicio a dos años que paralizaría la normalidad de nuestro país.
La llegada del Covid-19 a Chile implicó medidas y acciones preventivas en Metro, como sanitización con amonio cuaternario y la aplicación de un producto basado en biotecnología en estaciones y vagones, y se sumaron varias campañas de autocuidado desplegadas en instalaciones y trenes.
La pandemia también provocó una baja significativa en la afluencia de pasajeros, pasando de un prometedor 2,9 millones diarios a 280 mil usuarios por día.
Aun así, en un escenario adverso, el tren subterráneo continuó con su operación, proyectos de extensiones y Plan de Reconstrucción, y a fines de septiembre de 2020 Metro logró recuperar la operación de todas las estaciones de la red luego de los daños causados en octubre de 2019.
Seguimos aquí
Hoy nuestra red se encuentra disponible en su totalidad, y a pesar de los estragos que causó la pandemia y el denominado estallido social, Metro de Santiago sigue de pie avanzando en su propósito de Acercar a las Personas a Vivir una Mejor Ciudad.
El 2024 sobrepasamos nuevamente los 2 millones de viajes diarios, aproximándonos cada vez más a las cifras anteriores.
La construcción de la extensión de la Línea 5 hacia el centro de la ciudad vino a cambiar el paradigma de Metro a inicios de los años 2000.
Con la inauguración de las estaciones Bellas Artes, Plaza de Armas y Santa Ana, las personas podían acceder a Metro desde cualquier punto del casco histórico de Santiago sin recorrer más de 300 metros de distancia. Además, esto significó un punto de inflexión al configurar la conexión entre sí de las tres líneas de nuestra red, logrando ampliar la cobertura de nuestro servicio. Aun así, resultaba insuficiente para el flujo santiaguino.
Debido a esto, el Gobierno formuló el “Plan de Transporte Urbano para Santiago 2000-2006”, que definió a Metro como el eje estructurante del sistema de transporte de la capital.
Esto implicó la readecuación de nuestro plan de desarrollo para hacerlo concordante con este proyecto maestro, lo que provocó uno de los desafíos más grandes de nuestra historia: construir en un lapso de cinco años más kilómetros de red que los de los treinta anteriores.
Esta consolidación de nuestra red incorporaba entre sus planes la extensión de la Línea 2 hacia el norte (desde Puente Cal y Canto a Cerro Blanco) y el sur (desde Lo Ovalle a La Cisterna); además de la prolongación de la Línea 5 hacia el poniente (desde Santa Ana a Quinta Normal).
A ello, se sumó el estudio de otras posibles extensiones hacia el sur y el poniente, como también la integración con otros medios de transporte, a través de la construcción de terminales de intercambio modal y la unificación tarifaria.
Un año después, a estos planes se anunció la construcción de la Línea 4, que uniría por las avenidas Tobalaba, Américo Vespucio y Vicuña Mackenna las comunas de Providencia y Puente Alto en 40 minutos.
En 2004 parte de esta planificación comenzó a ver sus frutos. El 29 de octubre, como consecuencia de la entrada en servicio de las extensiones de la Línea 5 hasta Quinta Normal y Línea 2 hasta Cerro Blanco, Metro alcanzó un nuevo hito al superar por primera vez el millón de pasajeros transportados en un día laboral, con una afluencia de 1.003.125 personas.
Junto con ello, la puesta en marcha del nuevo medio de pago sin contacto para Metro y Metrobús, denominado como Multivía, era todo un éxito ya que, a un año desde su lanzamiento, ya existían 1.300.000 tarjetas en circulación.
Ya en 2005, el sueño de contar con Metro hacia la periferia se hacía realidad. Con la inauguración de la Línea 4 (dividida en dos tramos) y las dos primeras estaciones de Línea 2 hacia Américo Vespucio (Cementerio y Einstein), la afluencia media por día laboral en diciembre llegó a 1.091.068 viajes.
Esto se incrementaría en el 2006, luego de la puesta en marcha de las estaciones que unirían la Línea 4 en un solo tramo (de Grecia a Vicente Valdés); la inauguración de las últimas estaciones de la extensión hacia el norte de la Línea 2 (Dorsal, Zapadores y Vespucio Norte); y la Línea 4A, que sumaría las comunas de San Ramón, La Granja y Lo Espejo a nuestra red.
Por su parte, las estaciones intermodales comenzaron a tener protagonismo. Más de 10 mil pasajeros al día utilizaban la estación Pajaritos para combinar con buses hacia la región de Valparaíso y el Aeropuerto Internacional. A ella, después se sumaría La Cisterna y Vespucio Norte en Línea 2.
Con esto, Metro daba por culminado de manera exitosa su Plan de Desarrollo 2000-2006, que significó duplicar la red en sólo cinco años, incorporando 43,7 kilómetros al servicio de la comunidad santiaguina.
Así, Metro se encontraba en condiciones para asumir un desafío mayor y convertirse en el eje estructural del Transantiago, el nuevo sistema de transportes que comenzaría en febrero de 2007 y cambiaría para siempre la manera de movilizarse en la ciudad.