El amor que nació al paso del tren
En diciembre de 2018 Amalia Soto y Rodrigo Rivas se conocieron. Ella como Asistente de Servicios en estación San Pablo y él, como conductor de línea 5 en el Metro de Santiago. Meses antes ella lo había visto desde el andén, y cuando un día el tren de Rodrigo estaba esperando a que los pasajeros subieran en la estación, ella le preguntó por su salud, ya que había tenido un accidente automovilístico. La conversación fue breve y Rodrigo continuó su recorrido diario.
Amalia sintió algo dentro de su corazón e inmediatamente le pidió a Dios que si era el indicado, y como una prueba celestial, que los acercara de alguna u otra manera. Pasaron dos años desde que se habían conocido y un día Rodrigo fue a saludarla porque andaba haciendo trámites por el sector de San Pablo. Hablaron poco, de Dragon Ball y otras cosas relacionadas con cosplay y un tiempo después sobre la próxima película de sus dibujos animados favoritos. Fueron al cine y desde ese momento ambos confirmaron que el amor estaba haciendo de las suyas.
Un día Amalia se subió al tren de Rodrigo y se atrevió a escribirle. “Voy en tu tren” y al ratito él la invitó a salir. En esa salida ella le dejó claro que solo buscaba una amistad y continuaron conociéndose desde esa vereda. Amalia vio que en su Facebook todos alababan el pelo largo de Rodrigo y ella le escribió que le quedaba mejor corto. A la cita siguiente y en Fantasilandia, el lugar que Amalia siempre había querido conocer, él llegó con el pelo corto. En ese momento cupido se bajó del splash y los flechó por completo. “A mí me cambió la mirada, sentí cómo mi corazón enloqueció por ese hombre que más tarde se transformaría en mi marido”, asegura.
El 13 de octubre de 2019 Rodrigo le pidió matrimonio a Amalia en medio de un concierto cosplay. Arrodillándose, la miró a los ojos y ella dio el sí entre lágrimas, risas, una banda sonora de ensueño y mucha emoción.
El matrimonio civil fue en agosto de 2020, pero la pandemia coartó el sello de amor. Tienen pensado hacer el religioso el otro año, cuando puedan abrazarse con su seres queridos, no existan restricciones y logren viajar para tener una linda luna de miel.
Hoy viven felices en su departamento que queda a pasos de estación Camino Agrícola, junto a Máximo, hijo de Amalia y quien considera a Rodrigo su papá. Estamos felices de habernos conocido en nuestro lugar de trabajo y que nuestro amor siga creciendo en el Metro en base a confianza y respeto.