Los hospitales siempre nacen al alero de una comunidad que lo requiere y el Hospital El Pino no ha sido la excepción. Si bien su origen en la década de los 40's, del siglo XX, vino a cubrir la necesidad de asistencia a enfermos de tuberculosis, el tiempo se encargó de transformarlo desde un centro de reposo a un sanatorio con enfoque prioritario en la atención materno infantil, situación que con el correr de los años facilitó la apertura de nuevas áreas de atención médico - quirúrgica y de otras especialidades, convirtiéndolo con propiedad en un verdadero hospital.

Dado el progresivo incremento demográfico del sector, a fines de la década de los 80's se evidenció que la infraestructura del hospital no cubría suficientemente los requerimientos de la población lo que condujo a las autoridades a deliberar sobre el futuro del recinto. En ello se consideraron también las movilizaciones de los pobladores y su consigna "Te Quiero Sano, Te Quiero Mío, Hospital El Pino" que resultarían determinantes en la decisión de reconstruir el hospital, descartando su potencial traslado a otro lugar. De esta forma se iniciaron las obras y a mediados de los 90's se entregaron las nuevas instalaciones, emplazadas en el mismo lugar que antaño fuera conocido como Fundo El Pino.

El hospital, cuya fachada puede reconocerse en el mural, se debe entonces a su población, la misma que acude a él en busca de una atención digna y cálida, idea que se refleja a través de los colores de las ventanas. En este contexto, la figura de la mujer y su bebé no solo dan cuenta de un parto, sino de las atenciones que el Hospital El Pino, nacido de las propias entrañas de la población, brinda a las personas a través de todo su ciclo de vida.