No muy lejos de este lugar, en parte de los terrenos de lo que hoy es la Base Aérea de El Bosque, se escribió uno de los capítulos de la historia del desarrollo de la astronomía en Chile.

El primer observatorio astronómico de la ciudad de Santiago se ubicó en el Cerro Santa Lucía, en 1849, para luego ser trasladado a Quinta Normal en 1856, donde funcionó por varios años hasta que el crecimiento de la ciudad lo hizo buscar un nuevo lugar para seguir explorando el cielo austral.

Esta búsqueda llevó a las autoridades de la época a considerar terrenos alejados del incipiente alumbrado nocturno y del ajetreo del Santiago de aquel entonces. Luego de evaluar el sector rural existente entre las localidades de Providencia y Ñuñoa. Se escogió un terreno mucho más al sur, en una planicie levemente elevada, a medio camino entre Santiago y San Bernardo, cercano al poblado de Lo Espejo y a la estación de trenes que existía en ese lugar.

El diseño del complejo estuvo a cargo del arquitecto Hermógenes del Canto y consistía en una serie de edificaciones en estilo neoclásico distribuidas en un terreno de 11 hectáreas. Del proyecto original solo se construyeron los domos principales y algunas oficinas necesarias para su funcionamiento. El Observatorio Astronómico estuvo en funcionamiento desde la década de 1910 hasta 1960, año en el que el crecimiento de la ciudad lo hizo migrar nuevamente hasta su ubicación actual, en la cima del Cerro Calán, en la comuna de Las Condes.